Medio Ambiente / Actualidad desde el Arte
Serranía de Chiribiquete - Por Libe de Zulategui y Mejía
Hace setenta y ocho años el escultor Jorge Oteiza llegó a Colombia, invitado por el entonces presidente del país, Eduardo Santos, para que recorriera los puntos precolombinos que habían desarrollado la cerámica y salvara la cultura criolla de influencias foráneas. Supo de él y que estaba haciendo un recorrido por América latina. Aprovechó esta circunstancia y se lo trajo para bien de nuestro arte. Oteiza supo de Chiribiquete.
No pudo visitar la región por las dificultades que había en ese tiempo, pero estudió y concluyó que habría unas culturas antiguas y sus respectivas huellas. Hizo lo mismo con San Agustín y ahí sí pudo entrar en una investigación profunda. Su conclusión fue que Chiribiquete era más antigua que San Agustín y que ambas culturas tenían más de 9.000 años. La primera ya se sabe que tiene más de 20.000. Supuso muy bien que nosotros teníamos pasados más antiguos que África. Muchos antropólogos más han visitado nuestra antigüedad y los encuentros han sido apasionantes.
Lo lamentable es que las circunstancias que han entorpecido nuestra cultura en el último siglo han prevalecido e impedido realizar investigaciones serias y constantes. Uno de los últimos que logró acercarse con una investigación larga a varios sitios de Colombia fue el antropólogo suizo Gerardo Reichel-Dolmatoff, quien son su esposa, colombiana, Alicia Dussan hicieron descubrimientos bien interesantes, especialmente en la región de la Costa Caribe.
Ahora, hay un grupo de antropólogos y científicos que están al tanto de las investigaciones. Si se abre la posibilidad de llegar a Chiribiquete, entran las ambiciones malsanas que han hecho tanto daño a nuestras culturas, las de robar, destruir, borrar todo lo que tenga que ver con nuestro pasado remoto. Desde la conquista española se viene aniquilando un pasado glorioso e interesante. Ojalá la decisión de la Unesco, de declararlo, en toda su dimensión, Patrimonio de la Humanidad y del Presidente Santos de protegerlo como Parque Nacional, con cuatro millones doscientas mil hectáreas de extensión, son medidas que llevan a abrigar esperanzas de que sea protegido para siempre. El grupo que tiene a cargo su investigación y protección está compuesto por Patricio von Hildebrand, Joaquín Carrizosa, Carlos Rodríguez Ernesto Hiel, con el apoyo oficial de Julia Miranda. Hubo un indígena, Abel Rodriguez, quien dibujó de memoria 700 árboles de la región, desconocidos en la flora actual nuestra.
Si desea saber más sobre el Parque de Chiribiquete, puede buscar en los siguientes enlaces: