Pintura / Actualidad desde el Arte
El expresionismo abstracto y las locuras del arte
Por Libe de Zulategui y Mejía. Publicado en el Periódico El Colombiano el 8 de enero de 2009
Siempre que puedo leo a Rosa Montero. Escribe delicioso y siempre con lógica. El domingo tocó el tema del arte, el de mi trabajo diario, y analiza varios puntos del arte actual que no le gustan y expresan el sentir que le despiertan. Cabe decir que el gusto domina sobre el razonamiento. Pero creo, con todo respeto, que se puede analizar cada uno de dichos puntos y dejar una claridad sobre algo que se escribe personalizadamente, pero que puede alterar el sentido del arte a otros lectores.
Su análisis parte de la equivocación de ubicación y montaje ocurrido nada menos que en la Tate Modern de Londres, una de las mecas del arte actual. En una exposición de Mark Rothko, uno de mis artistas profundos, expresionista abstracto, colgaron unos cuadros en otro sentido, y no se había dado cuenta nadie, ni siquiera el hijo del artista. Gran regocijo entre quienes detestan el arte abstracto por "su falta de sentido". Nos podemos detener en este punto.
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La abstracción, para que sea buena, debe tener los mismos parámetros de una figuración. Composición equilibrada, distribución de masas o elementos geométricos dinámicos y bien situados. Colorido que lleve al espectador a detener la mirada en el punto -o los puntos- que el autor tiene por eje visual o protagonista del cuadro. Cada elemento del cuadro debe estar en un lugar determinado por el autor y por las reglas del juego que se imponen para llegar a la obra de arte, no a un montón de manchas locas que no dicen nada. Cuando el autor es un artista formado, dibujante, colorista, compositor, tiene que cuenta las reglas para que quede su obra maestra. Esto ocurría con Rothko. Era un maestro. Pero hay otro punto que se vuelve clave en una abstracción y no es posible usarlo en una figuración. Es el que la obra quede tan bien distribuida y equilibrada que se pueda cambiar de ángulo y el cuadro debe seguir tan bueno como lo creó el autor. A veces mejora y lo cierto es que el cambio de la obra es pasmoso. De hecho, un pintor responsable de su obra, debe voltear su obra en las cuatro posiciones para saber cómo habrá de quedar. Es parte de la creación y es como la altura en que se debe colgar. No todas favorecen a cualquier cuadro bien realizado.
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Cuando Rosa Montero dice que le impresionan los cuadros de Rothko, tal vez por la "brutalidad de sus colores volcánicos", está emitiendo un juicio, muy bello, por cierto, sobre la impresión que le ha causado la obra, luego sí le produce algo la obra aunque la tilde de brutalidad volcánica, adjetivos que le vienen muy bien a ciertos cuadros del autor que mencionamos. Es así lo que produce el arte, la obra que tenga fuerza, carácter, intensidad, dulzura, poesía, dolor, alegría. Todo esto expresa con manchas, líneas, sutiles rasgos, tonos de color, delicados o fuertes y se puede así, describir algo abstracto o figurativo. Es un juicio muy del subconsciente el que produce la abstracción. Es una comunicación de sensibilidades, sensorial, es como una sinfonía de Mahler, Beethoven o Schönberg.