El claroscuro de grabado se practica en Europa desde hace años 1510 a 1650. El resultado de la investigación técnica y artística para traducirlo a imprimir una gama limitada de colores, que era ampliamente conocido y despertó interés evidente entre pintores y artistas como Hans Baldung Grien, Parmigianino, Domenico Beccafumi y Peter Paul Rubens, que vio un campo de experimentación estimulante, que les permite explorar el blanco y negro y la relación entre la luz y la sombra.

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Es esta larga historia que la exposición tiene la intención de volver, la presentación de los grabados más representativos de esta producción a partir de los fondos de la colección Edmond de Rothschild de la lumbrera, el Departamento de Grabados de la Biblioteca Nacional de Francia y la Fundación Custodia.