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Escultura / Actualidad desde el Arte

Miguel Ángel Buonarroti (Caprese, 1475 – Roma, 1564). Este genio del Renacimiento y de todas las épocas creó cuatro Piedades, la primera la de su juventud, situada a la entrada de la Basílica de San Pedro de Roma, la segunda, situada en el Museo de la Ópera de la Catedral de Florencia, la tercera, llamada de Palestrina, expuesta en la Galería de la Academia de Florencia y la última, la Piedad de Rondanini, en el Museo del Castello Sforcesco.

Ésta última y su obra inconclusa y final, es, en mi concepto, la obra magna de la Historia del Arte.

Su altura la hace imponente y su factura, aunque se le diga inconclusa, es la que recoge sus texturas y teorías de la expresión verdadera, es el dolor de una madre cuyo hijo se le escurre de sus brazos y de la vida y ella no lo puede evitar. Con ella, Miguel Ángel plasmó la obra intemporal, la que siempre estará vigente porque el hombre continúa matando hijos y el dolor de sus madres siempre será igual de íntimo y profundo.

La Pietá de Rondanini - Por Libe de Zulategui y Mejía
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